Este reconocido enclave es la
región situada más al norte de Asturias, pertenece a los concejos de Gozón y
Carreño y geográficamente se encuentra ubicado en el centro del principado
concretamente entre las Gijón y Avilés, sirviendo además de punto de separación
entre el oriente y el occidente. El Cabo de Peñas es un espectacular paisaje
formado por vertiginosos acantilados que se mezclan con el horizonte azul que
dibuja el Mar Cantábrico.
Actualmente debido a su riqueza
natural se encuentra catalogado como Paisaje protegido, está incluido en la
lista de Lugares de Interés Comunitario (LIC) y forma parte de la Red Natura
2000. Es uno de los lugares más singulares de la costa cantábrica ya que
atesora una gran cantidad de especies vegetales y animales dentro de un
espectacular paisaje digno embajador del lema que describe al principado,
paraíso natural.
Desde un punto de vista
etnográfico es un lugar con una larga tradición de pescadores, indagando en las
crónicas de este paisaje, destaca el hecho de albergar el primer faro que se
construyó en Asturias, este emblema arquitectónico ha sido testigo de terribles
galernas y temporales en sus rocosas inmediaciones que provocaron un gran
número de naufragios a lo largo de su historia. Desde las alturas de sus
acantilados es frecuente el avistamiento de diferentes especies de cetáceos, no
en vano la costa asturiana es el área con mayor diversidad de cetáceos de España,
siendo más comunes el delfín común, el listado, el mular y el calderón. Sus aguas
limpias, poco contaminadas y ricas en alimentos hacen del cabo de peñas un
hábitat ideal para estos mamíferos acuáticos. Otro de los valores del Cabo de
Peñas es el elevado número de especies de aves costeras que anidan en sus
inmediaciones, siendo además un lugar de paso muy frecuente para las aves
migratorias. El cormorán moñudo, el halcón peregrino o el paiño europeo son
algunas de las especies que mejor se han adaptado a este entorno.
Otro biotopo muy singular dentro
de este fantástico paisaje es el que forman los cañones submarinos de avilés,
con una profundidad de hasta 140 m, en estos abismos existe una gran
biodiversidad, siendo refugio de corales, esponjas de mar y tiburones. Uno de
los hábitats más singulares de estos grandes cañones son sus arrecifes, estos
sustratos compactos formados en gran parte por corales blancos son esenciales
para el desarrollo de numerosas especies de interés comercial por lo que su
estudio y su conservación son fundamentales. Tal es la riqueza de este biotopo
que se han registrado avistamientos de especies tan amenazadas y poco comunes
en nuestras costas como la tortuga boba o la marsopa.
La rasa mareal es otro de los
elementos paisajísticos más característicos de esta comarca, se trata de
terrenos llanos elevados cercanos a la costa, Su relieve suave y el clima
templado han creado un lugar ideal para el sector primario, siendo muy frecuente
la presencia de vaquerías, maizales durante el verano y zonas de pastos. En las
inmediaciones de El Cabo de Peñas existen playas naturales rodeadas de espectaculares
dunas como las de Veridcio o la de Xagó, auténticos tesoros paradisiacos donde
se puede disfrutar del baño durante las épocas más cálidas. Para reconocer este
espacio natural es recomendable realizar diferentes rutas entre las que destaca
un sendero costero totalmente habilitado que permite recorrer todo su perímetro
de costa a costa y así poder disfrutar de todos los biotopos y entornos que
atesora este fantástico enclave asturiano.
Voy pronto por la zona, a ver si me acerco a este lugar.
ResponderEliminarGracias por el aporte
Muchas gracias por tu comentario y por seguir mi blog. Un saludo
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