LA YECLA Y LOS SABINARES DE ARLANZA
Existen en España numerosos
pequeños lugares con una gran importancia paisajística digna de estudio. Este
es el caso de “La Yecla”, paraje natural enmarcado en la localidad de Santo
Domingo de Silos, municipio situado en el sur de la provincia de Burgos.
Este fantástico enclave está incluido en el espacio natural protegido de la “La Yecla y los
sabinares de Arlanza”, que cuenta con una superficie de aproximadamente unas 26.000 ha y
en cuyo interior se dan cabida diferentes ambientes naturales como la propia
Yecla, el valle medio del Arlanza, las
Peñas de Cervera, el Cañón del río Mataviejas, la Meseta de Carazo, el Monte
Gayubar y la Sierra de las Mamblas.
El desfiladero de la Yecla en sí,
es una garganta estrecha y abismal de unos 600 m de longitud que ha sido excavada por el arroyo del
Helechal sobre la roca caliza que conforma las peñas de Cervera y en cuyo
interior se alojan múltiples formas geológicas que se entrelazan con pequeñas
cascadas y saltos de agua, que junto a su estrechez crean una sensación de
aventura en su interior que resulta única para los visitantes. Su grandeza y
particularidad le permite albergar diferentes configuraciones geológicas como
las “marmitas de gigante” cuyo nombre desborda fantasía y magia a raudales; se
trata de formaciones de origen fluvial creadas por la acción de arrastre
giratorio de fragmentos de piedras que van erosionando el terreno en forma
circular originando depresiones esféricas que en la mayoría de las ocasiones
acogen agua en su interior. Es posible ver y disfrutar del paisaje de este
gruta desde dentro a través de las múltiples pasarelas y puentes colgantes
anclados en los laterales que se han instalado a lo largo de esta fantástica e
irrepetible garganta.
El viaje no acaba aquí, ya que
los numerosos paisajes que ofrece este gran espacio natural protegido burgalés
nos invitan a disfrutar de su naturaleza y adentrarse en esta tierra de héroes
cuyos caminos y senderos fueron recorridos por el propio Rodrigo Díaz de Vivar
(El Cid) y sus tropas en el siglo XI. La geología tiene una gran importancia en
el desarrollo de este paisaje agreste modelado por la acción del agua sobre
rocas calizas que ha ido dando lugar a diferentes formaciones a lo largo de su
extensión. Este paisaje abrupto, colonizado por rocas calcáreas que forman un
karst único en España y que jalonan toda su orografía de desfiladeros, grutas,
simas, peñas y cantiles que modifican el relieve ofreciendo estampas únicas en
las que siempre quedan presentes como espectadoras las sabinas, árbol por
excelencia en todo este territorio.
Joyas del arte románico como el monasterio de San Pedro de Arlanza otorgan
un valor arquitectónico e histórico al paisaje que envuelve y acoge este
magnifico cenobio cuya inaccesibilidad ha permitido que su estructura
principal haya perdurado en la eternidad
del tiempo. Los cañones y cuevas
escavadas en la roca caliza por el avance del río Arlanza ha permitido cobijar
en sus alrededores multitud de ermitas que en la actualidad están repartidas de
forma heterogénea por toda esta región burgalesa; todos estos santuarios están
totalmente integrados en el paisaje y le añaden un toque romántico que no hace
otra cosa si no que resaltar sus atributos. Profundizar en estos extensos
sabinares puede recompensarnos con tesoros de la naturaleza en forma de árboles
milenarios, espectadores incluso del rodaje de de la mítica película de Clint
Eastwood, el bueno, el feo y el malo. Además, esta región alberga en diferentes
espacios auténticos fósiles, que emergen a estratos superiores debido a
erosiones producidas por la acción del agua desde tiempos antediluvianos sobre
materiales calizos de origen cretácico que en sus orígenes se encontraban bajo
las aguas del mar dando cobijo a caracolas, estrellas y otros seres
prehistóricos marinos.
La vegetación en éste área burgalesa está
caracterizada por la presencia de numerosos ejemplares de sabinas albares, no
obstante se trata de uno de los mayores sabinares de Europa; junto a este
arbusto de porte arbóreo destaca la presencia de encinas, pinos, quejigos y
rebollos. En los pisos inferiores predominan el tomillo, la lavándula y la
gayuba Acompañando al río Arlanza aparece el bosque de ribera, con destacada
presencia de chopos, sauces y juncos.
Respecto a la fauna, la particular orografía del terreno ha provocado que
exista una destacada presencia de diferentes especies de aves rapaces, no en
vano gran parte de este espacio natural esta catalogada como zona ZEPA (Zona de
especial protección para las aves) algunas de ellas son el buitre leonado, el
águila perdicera o el escurridizo alimoche; que conviven con mamíferos como el lobo, el jabalí, el corzo y
la nutria.
Existen numerosas rutas senderistas
como la que comienza partiendo de la localidad de Espinosa de Cervera en la
cual se puede disfrutar de un recorrido de unos 15 Km. por el cual se recorre
una pequeña parte de el sabinar de Arlanza en su máximo esplendor; todo ello
salpicado de ermitas, cortados, arroyos y árboles singulares. Otras
alternativas son la “ruta de las peñas de carazo”, que parte de la localidad
que lleva el mismo nombre, donde se pueden observar sus peñas, acantilados,
escarpes y cortados o los diferentes caminos que recorren la Sierra de las
Mamblas partiendo de Hortigüela o Mercerreyes donde podremos disfrutar de
diferentes panorámicas del valle de Arlanza y la Peña Gayubar. Otras rutas de
interés se pueden consultar en la página Web de ADECOAR donde encontraremos mapas
detallados de diferentes rutas senderistas que recorren la comarca.
En sus inmediaciones son
numerosos los lugares de visita obligada, la villa medieval de Covarrubias, el
claustro románico de Santo Domingo de Silos o la localidad de Salas de los Infantes.
Además en su territorio son numerosas las pequeñas poblaciones que poseen un
encanto especial, como por ejemplo Tejada, lugar de peregrinaje para los
estudiosos de los fósiles, o la misma Hortigüela con el majestuoso monasterio
de San Pedro de Arlanza, considerado cuna de castilla y del castellano. Asimismo, este
fantástico lugar se encuentra a escasos kilómetros de otros magníficos paisajes
naturales como el cañón del río lobos y la sierra de la demanda. En este
intenso viaje naturaleza, arte, cultura y gastronomía van unidas de la mano recorriendo las regiones burgalesas de Arlanza y Ribera del Duero.
JOSE
ANGEL MACHO BARRAGUES
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