14 de octubre de 2019

LA DEHESA BONITA

En las inmediaciones del norte de la Comunidad de Madrid. Casi justo en el vértice en que se unen las provincias de Madrid, Segovia y Guadalajara, junto al pueblo de Somosierra, surge este singular espacio caracterizado por las numerosas especies caducifolias que emergen ante el visitante. Trasladándole por momentos a los imponentes bosques atlánticos del norte de la península ibérica.
Este excelente paraje está asentado en un valle formado en las estribaciones del Sistema Central. En su interior alberga el arroyo Cambronales. A partir de este curso emerge un bosque caducifolio que domina toda la Dehesa Bonita. Para conocerla mejor, se puede realizar una ruta de unos 10 km. La cual rodea todo el paraje adentrándose por momentos en su interior y ofreciendo lugares tan emblemáticos. Es el caso de la fuente de la Fuenfría (fuente de agua en forma de abrevadero rodeada de numerosos ejemplares de abedules) o El mirador (gran pradera desde la cual se puede apreciar la fastuosidad del bosque).
En cuanto al paisaje cabe destacar los numerosos pies de especies caducifolias que se pueden encontrar: avellanos, robles, mostajos, fresnos e incluso abedules. Especies, todas ellas poco frecuentes de estas latitudes. Además, este lugar nos regala la presencia de algunos ejemplares de acebos que incluso han llegado a ser catalogados como árboles singulares. La orientación sur que tiene hace todavía más peculiar este entorno. Y es que es la única explicación que hace que todavía perduren dichas especies en este rincón es el microclima que se ha ido creando a lo largo de los años y que todavía permite a estas especies típicas de bosques atlánticos perdurar en la eternidad.
El paso inexpugnable del agua del arroyo crea un paisaje espectacular. Ya que éste se ve salpicado por un manto multicolor formado por las hojas caídas, creando un entorno único. Es de señalar los lugares que se pueden descubrir al adentrarse en el interior del bosque. Como pueden ser las impresionantes estampas que forman las zonas de avellanedas. Enormes ejemplares de avellanos con una distribución heterogénea aparecen en grandes extensiones de pradera que evocan por momentos a los bosques mágicos que aparecen en los cuentos infantiles.
Un hecho a tener en cuenta es que debido a sus condiciones de orientación, humedad, temperatura, etc. se trata de una zona ideal para el desarrollo de diferentes especies de setas. Alli podemos encontrar los apreciados Boletus. Lo que le otorga al paisaje un toque enigmático. Durante el recorrido es fácil ver vacas o caballos pastando. Rescoldos de un pasado no lejano durante el cual este entorno era un lugar de obligado paso para la trashumancia. Tradición ganadera que evita el sobrepastoreo y que ha permitido rehuir de la desertificación a los paisajes.
La mejor época del año para realizar la visita es durante el mes de noviembre. En esta fecha se permite apreciar los contrastes en las hojas de los árboles. Además disfrutaremos de la hojarasca que se va amontonando sobre el terreno. Durante este periodo, siempre que las condiciones climáticas hayan sido propicias, nos encontraremos numerosas especies de setas. Junto a la Dehesa se encuentra el pueblo de Somosierra. Lugar de parada obligatoria para revivir las sensaciones encontradas durante la visita a la Dehesa Bonita. Cerca del pueblo existen otros parajes naturales que se pueden visitar. Lugares como el nacimiento del río Duratón o la ascensión al pico tres provincias.
JOSE ANGEL MACHO BARRAGUES. INGENIERO AGRONOMO.









La Dehesa Bonita 2

7 de octubre de 2019

PAISAJES DE FOTO: CASTILDETIERRA


Este llamativo lugar protagonista de múltiples anuncios publicitarios y películas se encuentra en el Parque Natural de Las Bárdenas Reales, cuyo acceso se encuentra muy cercano a la localidad navarra de Arguedas. Con una gran importancia paisajística y una asombrosa naturaleza está declarado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Reserva de la Biosfera. En la actualidad se trata de un paisaje desértico enclavado en las inmediaciones del extenso Valle del Ebro cuyo origen fue una zona pantanosa generada por el plegamiento que se produjo al chocar las placas europeas e ibérica hace 20 millones de años. 
El Castildetierra está situado concretamente en el paraje conocido como Bárdena blanca ubicado en la parte central de Las Bardenas y se encuentra acotado por La Bardena Negra y El Plano. La formación de esta llamativa efigie de la naturaleza desde un punto de vista geológico constó de 2 fases, una primera de sedimentación durante la cual se produjo el arrastre de y acumulación de sedimentos compuestos principalmente por limos, arcillas y arenas por parte de grandes corrientes fluviales. Durante la segunda fase comenzó a producirse la erosión de estos depósitos que después de millones de años se habían transformados en rocas sedimentarias, este tipo de roca se caracteriza por la diferente dureza que tienen los distintos materiales que la componen. Los cabezos como es el caso de Castildetierra se forman debido a que en la parte superior poseen una roca dura que protege a las rocas subyacentes que son más blandas, quedando como resultado estructuras triangulares con la base ancha y la parte superior estrecha abombada.

Con una flora muy característica adaptada a veranos muy cálidos, inviernos muy fríos y la escasez de lluvia durante todo el año y bajo la influencia de la mano del hombre destacan como unidad de vegetación especies de matorral y pastizal puramente esteparias como el esparto, la ontina y el sisallo. Entre la fauna adaptada a estas condiciones se encuentran invertebrados singulares como la tarántula o el alacrán. Las aves son sin duda alguna las especies animales más comunes en este entorno, entre ellas destacan dos grupos las esteparias y las rapaces, la gran avutarda y el huidizo sisón son las protagonistas de la estepa, en las zonas más escarpadas e incluso en lo alto de los cabezos reinan el alimoche y el buitre. En este entorno además destaca la presencia de varias especies de murciélagos.

El silencio de este paisaje yermo compuesto por hábitats como los saladares y la estepa solamente es roto por el Cierzo o por el canto de la alondra ricotí. En cuanto a la etnografía de este terreno al igual que pasa en otros espacios naturales el hombre siempre ha sabido sacar el máximo provecho de la naturaleza siendo respetuoso con ella. Este entorno perteneció al reino de Navarra, fue tierra de forajidos y bandidos para dar paso en la época moderna a la agricultura del más pobre de los secanos y a una ganadería basada en el pastoreo del ganado ovino. Para ayudar a conocer el territorio en la actualidad es posible realizar actividades como el senderismo o el ciclismo en itinerarios perfectamente señalizados.

JOSE ANGEL MACHO BARRAGUES. INGENIERO AGRONOMO