7 de agosto de 2019

EL DELTA DEL EBRO


Al sur de la provincia de Tarragona aparece uno de los espacios naturales más singulares de la península ibérica, se trata del Delta del Ebro, accidente geográfico espectacular que aúna a sus paisajes una etnografía sorprendente acompañada de una asombrosa gastronomía y naturaleza que envuelven este paisaje eterno puramente mediterráneo. Hablar del Delta del Ebro es hablar de naturaleza y agricultura, una fusión muy común en todos nuestros paisajes que en esta ocasión alcanza su zenit.


Un Delta es un accidente geográfico que se forma por la acumulación de sedimentos que son arrastrados por las corrientes de un río hasta su desembocadura. En el caso del Delta del Ebro, gracias a estos depósitos de sedimentos se ha ido ganando terreno al mar mediterráneo, aunque en la actualidad está en recesión ya que la cantidad de sedimentos arrastrados ha descendido notablemente debido a la construcción de diferentes pantanos a lo largo del curso del rio Ebro. A finales del siglo XIX se produjo un desarrollo de la agricultura que impulso este entorno incrementando de forma muy sustancial la actividad agraria y la demografía. Esta agricultura basada principalmente en el cultivo del arroz se aprovechó de los recursos naturales existentes en el Delta (agua sin grandes limitaciones, grandes conocimientos del manejo del cultivo, tierras fértiles, topografía y climatología favorable) para potenciar este cultivo ancestral que se ha convertido en santo y seña de esta región.

En cuanto a la unidad paisajística de este magnifico lugar, destacar los diferentes biotopos que lo forman. Las innumerables hectáreas de arrozal ya son de por sí un escenario comparable con otros deltas mundialmente famosos como el que forman los ríos Nilo o Ganges. En cuanto a la disposición del paisaje, destaca las escasas diferencias de nivel en toda la superficie del Delta, no obstante, se trata una gran planicie que se extiende sobre 320 km2, lo que otorga de una intensidad de luz especial que hace todavía más grandioso este lugar. Sin duda alguna son merecidas de destacar las espectaculares playas kilométricas rodeadas por dunas de arena fina como las de El Fangar o El Trabucador. Otro entorno sobresaliente es el formado por las numerosas Lagunas vivas que salpican toda la superficie del Delta y que se encuentran pobladas por numerosas aves. Las dunas y las salinas se fusionan en el horizonte para formar pequeñas zonas desérticas, el contraste entre el humedal y la zona árida resulta espectacular. Otro lugar mítico es La Desembocadura que asoma en un horizonte donde el mar mediterráneo ofrece resistencia al caudal del Ebro que moribundo entrega sus aguas frente a la isla de Buda, icono emblemático para la protección natural del Delta.

Se trata de un lugar situado estratégicamente para las aves migratorias en el que encuentran acomodo gracias a sus aguas ricas en nutrientes y buena climatología. Son numerosas las especies emblemáticas de aves que se pueden contemplar, algunas como los flamencos, son una especie icónica del delta, otras como garzas y grullas están escoltadas de innumerables especies de ánades y aves marítimas formando parte de un catálogo ornitológico espectacular. Que decir de su gastronomía, arroces acompañados de todo tipo de productos extraídos de las tierras del delta, ancas de rana, mariscos y platos de caza componen un abanico de sabores extraordinarios, seña de identidad propia del entorno. En cuanto a su arquitectura destacan los vestigios de las barracas, casas de barro utilizadas ancestralmente por los pescadores que poblaban este entorno. Además, todavía perdura un funcional entramado sistema de canales y acequias que suponen una obra de ingeniería hidráulica única. Son múltiples las rutas a pie o bicicleta y actividades al aire libre que se pueden realizar en el Delta, caminar por las orillas de la playa de El Fangar hasta su famoso faro, recorrer la ribera del Ebro en bicicleta, surcar sus aguas en kayak o mediante embarcación recreativa, la pesca deportiva, practicar deportes acuáticos en la playa del trabucador o degustar productos propios del Delta  son una amalgama de prácticas que nos llenarán de adrenalina y envolverán en un entrono natural único que tenemos que conservar entre todos. 



José Ángel Macho Barragués. Ingeniero Agrónomo. 2019

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