6 de diciembre de 2012

SOTO DE VIÑUELAS

Feudalismo, vías pecuarias, dehesas, rebaños, pastores, setas, además de muchísimas sorpresas se pueden encontrar los visitantes a escasos 20 km. del centro de Madrid, concretamente en la población de Tres Cantos, junto al Parque del Este, siguiendo la señalización pertinente se llega a este fabuloso enclave de la Comunidad de Madrid. Integrado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares desde 1985; este paraje natural alberga un gran interés histórico y paisajístico en su interior que invita a visitarlo y disfrutarlo.

La única forma de recorrer libremente este paraje es transitar el camino que transcurre paralelamente alrededor de la muralla que delimita la finca privada del Soto de Viñuelas, en cuyo interior se encuentra una espectacular obra arquitectónica, “El castillo de viñuelas”, residencia de numerosos reyes españoles, y que en la actualidad es explotada de forma privada para dar banquetes y como no, como coto de caza. La ruta por la que se puede bordear la finca, coincide en numerosos tramos con el canal alto, canal bajo y la vía pecuaria que une el Soto de viñuelas con el Cerro de San Pedro.

Los sotos son zonas de bosque de ribera, formados por vegetación que crece alrededor de zonas húmedas, ríos o arroyos; en este caso el arroyo del Bodonal es la corriente fluvial que atraviesa este espacio natural, en cuyos márgenes crecen hileras de fresnos sobre materiales geológicos de carácter arenoso (arcosas principalmente) originadas por la descomposición de los materiales graníticos que abundan en la sierra madrileña; rescoldos del pasado si se atiende al caudal de los arroyos y el tamaño de los árboles que los acompañan,  a pasar de ello este lugar muestra un encanto especial que magnifica sus visitas. En cuanto al relieve, la mayor parte del terreno se encuentra al mismo nivel, destacando siempre en el horizonte, como si se tratase de un vigilante, el Cerro de San Pedro. Respecto a la vegetación, destacan las grandes zonas adehesadas junto a las fresnedas que acompañan los arroyos que atraviesan este enclave; de las cuales habría que destacar los pies de fresnos descabezados que se encuentran en el extremo Norte de la finca, todos ellos explotados como alimento para el ganado y biomasa para obtener calor. Pequeñas praderas y zonas de pastos se alternan en la espesura junto con grandes zonas en las que asoman los cardos corredores acompañados de numerosas gramíneas. Quejigos, jaras y enebros completan la flora de este fantástico lugar. Además, durante el otoño este lugar se convierte en un verdadero vivero para los amantes de las setas, ya que en esta estación son numerosas las diferentes especies que proliferan en este lugar, entre las que destacarían la senderuela, setas de pie azul y las aclamadas setas de cardo.

Entre la fauna, destacan las numerosas aves que habitan las zonas de dehesas mediterráneas como la urraca, el zorzal, verdecillo, carbonero o el mochuelo, aunque cabría destacar la presencia de la imponente Águila imperial ibérica en este paraje, una de las mayores rapaces que habitan la península, cuya presencia en nuestro país cada vez es más escasa. Son abundantes las especies cinegéticas que se pueden observar a través de los muros que delimitan la finca: gamos, jabalí, ciervos, perdices, conejos, zorros y ginetas. No podrían ser menos, por su importancia y resistencia, en estos tiempos modernos, la presencia de ganado vacuno y ovino en estos lares.

JOSE ANGEL MACHO BARRAGUES, INGENIERO AGRÓNOMO






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